¿Cómo se realiza un diagnóstico?

1. Se comienza con una anamnesis exhaustiva sobre el contexto del paciente:
   
   • Situación actual: peso, estatura, trabajo, actividades que realiza, etc.
   • Antecedentes médicos:
     • Personales: hernia de hiato, escoliosis, etc.
     • Familiares: diabetes, cardiopatías, etc.
   • Sucesos desde el nacimiento:
   • Médicos: dentales, operaciones, accidentes, fracturas, etc.
   • Personales: nacimientos, divorcios, fallecimientos, etc.
   • Hábitos: tabaco, alcohol, alimentación y sueño.
   • Síntesis del estado de salud actual: dolencias, problemas digestivos como reflujos o estreñimiento, respiratorios, que afecten a la esfera pélvica, etc.

    

2. En segundo lugar se realiza una observación del sujeto en ropa interior, de frente, de perfil y de espalda. Esto tiene como objetivo ver cómo se organizan las distintas partes del cuerpo en el espacio, es decir, si tiene una pierna más rotada hacia el exterior, un hombro más alto que otro, una inclinación del tronco o de la cabeza… La idea es crear una visión 3D del paciente sobre la cual se seguirá añadiendo más información.
3. Posteriormente se procede a una palpación y una sucesión de tests de movilidad en diferentes posiciones, sentado, boca arriba, boca abajo y sobre ambos lados. Todo ello va a proporcionar el estado de los ligamentos, los músculos y las fascias, así como la movilidad de las diferentes articulaciones.
4. De esta forma se establecen aquellas zonas del cuerpo que tienen mayor número de restricciones, creando un programa de actuación en función del grado de afectación que muestren los resultados.

Sin importar el motivo de consulta, se debe hacer un estudio global para asegurar un resultado efectivo y a largo plazo, y no únicamente un alivio sintomático basado en tratar exclusivamente la zona afectada.